La centralización y la descentralización
Una mirada consciente hacia las actividades sociales
Tan pronto como creces te relacionas con terceros, sean tus padres, hermanos o amigos; cada uno de ellos tiene un proyecto de vida, opiniones y distintas maneras de actuar. Es posible que ellos no impidan el desarrollo de tu identidad, pero al relacionarte con desconocidos podrás ver que querrán imponer su voluntad sobre ti, sea porque están en una posición de autoridad sobre ti o porque son más fuertes o numerosos.
Mientras que tu voluntad coincida con la del resto no verás impedido el desarrollo de tu propia vida, sin embargo si estás en desacuerdo con ellos es posible que recibas amedrentamiento y amenazas a tu integridad física, poniendo en riesgo tu cuerpo o incluso tus bienes, intimidándote para impedir que te desarrolles. Aunque en el mejor de los casos (y el más improbable) es posible que te dejen en paz.
Cuando tus objetivos no coinciden con un tercero, dejar al grupo e iniciar tu propia iniciativa es la decisión correcta, primero porque evitas la violencia y segundo porque en principio, hacerlo permitirá que desarrolles tu vida libre de coacción.
Así es como identifico uno de los pilares fundamentales del Internet. Mientras que en el principio fue creado para compartir documentos y descentralizar los medios de comunicación, hoy vemos como las corporaciones auspiciadas por los decretos de Estado han contribuido a centralizar las comunicaciones e impedir la libre distribución de información a través de la red interconectada de computadoras, aprovechándose de los individuos dependientes con software privativo y contribuyendo a mantenerlos divididos e impotentes.